El Movimiento Familiar Cristiano (MFC)
Secretaría del MFC
Colonia 1738
Montevideo, Uruguay
CP 11200Email: mfcuy.equipocoordinador@gmail.com
Teléfono: (598) 24007703
El Movimiento Familiar Cristiano (MFC) nace en Uruguay en 1950 al impulso del Padre Pedro Richards C.P. y de los matrimonios Fritz y Hortencia Soneira, Adolfo y Ana María Gelsi y Juan y Malena Gallinal. Este sacerdote es quién predicó el primer retiro para matrimonios. Viendo esta realidad impensable para esa época, se formaliza la creación de un Movimiento de laicos, donde los matrimonios encontraran un espacio donde compartir en grupo y reflexionar sobre los diferentes temas y problemáticas de la familia, promoviendo el apostolado familiar y la espiritualidad conyugal.
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El Movimiento Familiar Cristiano (MFC) nace en Uruguay en 1950 al impulso del Padre Pedro Richards C.P. y de los matrimonios Fritz y Hortencia Soneira, Adolfo y Ana María Gelsi y Juan y Malena Gallinal. Este sacerdote es quién predicó el primer retiro para matrimonios. Viendo esta realidad impensable para esa época, se formaliza la creación de un Movimiento de laicos, donde los matrimonios encontraran un espacio donde compartir en grupo y reflexionar sobre los diferentes temas y problemáticas de la familia, promoviendo el apostolado familiar y la espiritualidad conyugal.
En pocos años esta idea se fue contagiando a diferentes países de Latinoamérica, y el MFC se fue consolidando como un espacio de laicos consustanciados con la problemática familiar, con un carisma específico y muy particular. En la actualidad el MFC existe en la mayoría de los países de Latinoamérica con una estructura que orienta y dirige la actividad pastoral. Una de sus principales fuerzas está en la creación de un Movimiento de Laicos con unidad latinoamericana, que nace y crece con fuerza propia en cada país, pero con una necesidad sentida de unirse con familias de otros países.
Indudablemente ha habido muchos cambios en nuestra sociedad y en nuestra realidad y como consecuencia también en el actuar del MFC. En un principio fueron prioridad las reuniones de equipos con la finalidad de profundizar en la situación de la familia cristiana. Casi simultáneamente se comenzó un trabajo con los novios para acompañarlos en la formación para la futura vida de una familia cristiana. Y así también se fueron realizando en forma periódica los llamados Encuentros Conyugales donde las parejas podían profundizar en el diálogo, el encuentro y temas relacionados con la vida familiar.
Siempre el MFC intentó ser una respuesta a la situación y a los cambios que se iban gestando en la sociedad, en particular en las familias. Es así que acompasando los lineamientos de la Iglesia Latinoamericana, el MFC busca que las familias se comprometan en un cambio social promoviendo los valores humanos y cristianos, para que sea una comunidad formadora de personas, educadora en la fe y comprometida activamente con el desarrollo integral de nuestra sociedad.
En la década del 70, algunos matrimonios del MFC junto al Padre Andrés Assandri S.J. comenzaron a idear una nueva forma de preparación al matrimonio que se dio a llamar “Catecumenado de Novios”. Esta preparación se da con una forma pedagógica participativa y una metodología muy particular, donde el equipo que orienta el Catecumenado intenta que la temática de trabajo sea permeable a las realidades de los participantes, son ellos los destinatarios del proceso de trabajo compartido. El primer Catecumenado se dio en el año 1979 con gran éxito y se ha continuado dando prácticamente sin interrupción hasta la actualidad.
Una actividad muy querida dentro del MFC en Uruguay fue el trabajo de Adopción. Esta tarea fue realizada con mucha profesionalidad y cariño, acompañando a la madre biológica en esa tan difícil decisión de entregar a su hijo en adopción, en pensar siempre en ese niño y en dar la posibilidad de la paternidad a tantas parejas que por diferentes motivos no podían ser padres biológicos. Con los años esta actividad llevó a formar grupos de padres en espera, donde se trabajaba en equipo compartiendo la vida y la actitud tan generosa de darse en la apertura a un hijo. Esta actividad se llevó a cabo hasta hace pocos años con gran resultado, cuando en cumplimiento de una nueva ley de Adopción, quedó exclusivamente en poder del l.N.A.U. la posibilidad de dar en adopción, lo que impidió al MFC continuar con esta tarea.
El MFC siempre ha pretendido estar atento a las problemáticas que surgen en la familia. Ante la realidad que viven muchas personas por causa de una separación o divorcio, se formaron dos nuevas áreas de trabajo pastoral orientadas a Nuevas Formas de familia. La primera se ocupa de acompañar a las personas separadas y a su familia, a fin de ayudar a superar el dolor y las dificultades que conlleva la separación. El trabajo en ésta área se centra en un programa de 12 reuniones orientadas por especialistas en el tema. Luego de culminadas las mismas el MFC invita a los participantes a continuar en grupos; la mayoría retoma su vida con otras herramientas mientras que algunas personas quedan dentro del MFC ayudando en las actividades y compartiendo la actividad de esa área.
La segunda área, la cual nace a pedido de un Obispo de la Conferencia Episcopal Uruguaya al MFC, se forma para atender a las parejas en nueva unión, cuya primera unión había sido sacramentalizada y se encuentran ahora en una situación muy especial como integrantes de la Iglesia Católica. Estos grupos se reúnen hace más de 10 años con muy buen suceso, tanto es así que ya existen grupos en algunos lugares del interior del país. Las reuniones se realizan en general en alguna Parroquia con el acompañamiento de uno o dos matrimonios del MFC y un asesor sacerdotal.
Ahora bien, el Movimiento Familiar Cristiano intenta continuar con su labor tratando de actualizar su tarea de acuerdo a los cambios sociales que van repercutiendo en la familia. El número de sus miembros es hoy más reducido, pero mientras haya familias, grupos y comunidades que reflexionen, oren y actúen, el MFC seguirá siendo un Movimiento de ayuda a la Pastoral Familiar.
Durante el año 2014 se ha continuado trabajando con diferentes servicios a la Pastoral Familiar: trabajo con personas separadas o divorciadas, los grupos de parejas en Nueva Unión, el Catecumenado para los novios y el Encuentro Conyugal en coordinación con la Casa Manresa de los Jesuitas. Los que participamos en estas diferentes tareas pertenecemos a grupos o comunidades donde compartimos la vida desde la fe; es nuestra fuente de donde nos nutrimos para un compromiso apostólico y social. Estamos confiados y creemos firmemente en la esperanza de una Iglesia más comprometida con las necesidades que presenta la familia hoy. Convencidos del valor familia como espacio de formación, crecimiento y desarrollo de la persona humana, respondiendo al llamado que hoy nos hace el Papa Francisco, apostamos a continuar creando ámbitos de apoyo a las familias.
Mayo 2015.-